sábado, 23 de abril de 2011

23 de abril. Cartas a un difunto.

23 de abril.

El reloj estaba en marcha y debía apresurarme al Torreón Rosby a recabar información lo antes posible. Tras un infructuoso día a caballo galopando sin descanso, me topé frente a aquella majestuosa y a la vez lúgubre estructura, debía haber visto qué nido de ratas y arañas, maestro, aquello era una orgía de suciedad. Justo a la entrada, un soldado se ocupó de mi caballo y mi trabajo ya había comenzado: dos soldados frente a la más fuerte puerta de roble que haya yo visto custodiando una entrada, tres soldados a cada lado de la muralla portando inmensos arcos y suma uno más a cada lado portando escudo y espada que patrullaban junto a sus camaradas arqueros. Catorce caballeros que yo presumí jinetes danzaban en el patio con su desenfundado acero silbando coreográficamente al viento y un Capitán de Armas jurando no haber visto prostitutas más inútiles a modo de arenga, supongo yo. Tras mi custodio paseo hacia el despacho del Consejero de la Moneda otros ocho soldados más con alabarda o pico miraban al frente apostados en puertas o pasillos de forma estratégica. Dejo atrás la sala del Lord y continúo hasta mi destino.

Al entrar por la puerta, el Consejero muy amable me ofrece asiento por gentileza y vino por el trato de negocio. Maestro, que dignas lecciones me han hecho ganar tres dragones de oro de forma inmediata tras el acuerdo. "Se entregarán a Sir Aford cinco dragones de oro mensuales, de los cuales tres por anticipado en el primer trato a modo de señal, con motivo del mecenazgo de sus negocios vinícolas, que en breve darán beneficios, que en cierta parte serán repartidos entre las casas según la inversión y la obtención. Si quisiera romperse tal acuerdo por cualquier motivo -cambios de gobierno al que no interesen tales negocios, desinterés del inversor a corto o largo plazo, cambio de inversiones...- a modo de multa se pagarán los cinco oros del mes entrante más otros diez como compensación ".

Qué bien me he sentido tras esa reunión pues si Gerald pierde, tendré un acuerdo comercial con el Torreón y si gana lo tendré de todos modos y con beneficio de antemano.

Con la excusa de presentar mis respetos he reverenciado al Lord y he contado el resto de los soldados del Torreón, en total cincuenta, si tienen suerte podríamos perder esta batalla. Además, la batalla deberá de realizarse de forma frontal, no he visto manera de introducir tropas por ningún otro sitio...

Tanto Gerald como Eveling se han mostrado agradecidos con la información. Lady Eveling, Rothem y Reithan parten esta misma noche del Bastión por si algo sale mal no sean ajusticiados de manos de Gerlad...

Maestro, dame fuerzas, tales acontecimientos enturbian mis días y acechan en las noches, mañana partiré hacia el Torreón Rosby junto a Gerald a presenciar una batalla, sin amigo ni aliado, y si algún filo desgarra mi alma, nos reencontraremos entre Los Siete. No soy hombre de altercado así que intentaré refugiarme y observar lo que acontezca.


Sir Aford, ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.

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