sábado, 30 de abril de 2011

A vista de cuervo I

Como Narrador de los acontecimientos que se están produciendo en los Siete Reinos en general, y en la Casa Greyash en particular, me veo en la necesidad de publicar una entrada en donde, a vista de cuervo, podamos observar la situación en conjunto de todo lo que sucede. Pretendo facilitar así el campo de visión espacio-temporal tanto de los propios jugadores como de la mía propia como director y narrador de la partida, además de aclarar las lagunas o disolver las dudas que se puedan crear entre nuestros seguidores. A continuación expongo el panorama actual de nuestra partida:

-Un acontecimiento terrible sacude los reinos bajo la doctrina de La Fe. La Mano del Rey, Lord Sulivan Tarum, nombró un nuevo Septón Supremo, Kalavius, tras declarar incapacitado para tal labor al que ocupaba el cargo, el Septón Deock. Tras este acontecimiento, Deock se exilió en secreto de Desembarco del Rey para auto proclamarse Septón Supremo desde Aguasdulces. 
Kalavius es un anciano más cercano a los 70 que a los 60. Fue uno de los Vicarios de La Fe al servicio de Deock mientras éste era el Septón Supremo. De ideales conservadores y arraigado al tradicionalismo de las viejas costumbres. Benefactor de la monarquía y no renuncia a los lujos ni riquezas que La Fe y el Gran Septo de Baelor han ido acumulando a lo largo de los tiempos. Reafirmó sus ideales una vez fue elegido como nuevo Sptón Supremo de Desembarco del Rey.
Deock es de similar edad que su homologo de Desembarco del Rey. Antiguo Septón Supremo de Desembarco y ahora nuevo Septón Supremo de lo que él ha dado en llamar La Verdadera Fe. Detractor de vincular cualquier relación entre la Religión y la Corona. Totalmente contrario a los lujos y bienes de los que disfruta de forma ociosa La Fe de Kalavius. 
Ante la situación de cisma y crisis espiritual, se ha iniciado una oleada de apoyos a uno u otro Septón por parte de los diversos Lores que procesan esta religión y culto a Los Siete. Además, cada Septón ha creado una orden militar religiosa para expandir sus creencias y revelar a los indecisos cual debe ser el camino correcto a elegir. Estas órdenes son: Los Hermanos de La Fe, leales a Kalavius y organizados por Ser Alder; y los Monjes Negros, leales a Deock y de los que apenas se sabe nada, pues actúan en secreto. 

-Lord Duncan Greyash fue destronado como Lord de la Casa Greyash, para ser posteriormente decapitado, ocupando su lugar Gerald Bortom, primo de Lady Evelyn Greyash. Lord Gerald asumió el control del Bastión y la Casa Greyash, urdiendo una trama conspiratoria exitosa que lo encumbraría como Lord de la Casa por parte Desembarco del Rey. No obstante, Lady Evelyn comenzaría una conspiración en la sombra para lograr derrocar a Lord Gerald y adquirir el poder del Bastión ella y sus leales. Tras un duro periodo de terror, odio y represión protagonizado por Lord Gerald, éste sería depuesto de sus funciones y procesado por La Fe de Kalavius como presunto colaborador con Deock, acusado de ello por la propia Lady Evelyn. Para librarse de tal acusación, el tribunal de La Fe le encomendó a Lord Gerald que derrotara a Lord Evans, gobernador del Torreón Rosby y claro colaborador con la religión de Deock. Ciertamente Lord Gerald resultó victorioso, pero de nuevo grabes acusaciones que derrumbaron su credibilidad frente a La Fe de Kalavius le costaron el encarcelamiento. Finalmente, Lady Evelyn Greyash ascendió a Lady Regente de las tierras de la Casa Greyash y de la reciente adquisición del Torreón Rosby. No obstante, para conseguir el testamento de su abuelo Duncan en donde aparecía como legítima heredera de los Greyash, Lady Evelyn de vio en la necesidad de hacer tratos con Lord Sylah Valishar, Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey, el cual había conseguido el documento mediante procedimientos desconocidos. El asunto se resolvía con 150 dragones de oro, la categoría de titular de las tierras actuales y venideras de los Greyash y la recepción de la mitad de los bienes en metálico de las mismas por parte de Lord Sylah; a cambio éste le entregó el documento hereditario deseado por Lady Evelyn. 
Actualmente, Lady Evelyn y sus leales gobiernan y administran tanto el Bastión como el Torreón Rosby. Lady Evelyn gobierna como Lady Regente, a la espera de contraer el matrimonio con Ser Reithan, el cual pasaría a ocupar el cargo de Lord sobre todas las posesiones. 

-Hace pocas semanas un navío de tierras lejanas se accidentó contra los muelles de Desembarco del Rey, encontrándose a su capitán fallecido y varios de los tripulantes gravemente enfermos. En las bodegas del barco Ser Aford, en su labor de contable de las mercancías y por aquél entonces ayudante de Lord Sylah, encontró numerosas ratas muertas con la nariz ensangrentada. Desde entonces se están encontrando cada vez más a menudo grandes cantidades de ratas muertas en las mismas circunstancias, y ya no sólo por Desembarco del Rey, sino por otros territorios adyacentes, como por ejemplo el Bastión Greyash o el Torreón Rosby.

El Narrador
  

jueves, 28 de abril de 2011

Al fin.

Querida Lady Isabella:

Lo conseguí. Mi odiado primo Gerald ha caido. Fue muy dificil, y he pasado miedo, pero al final ya está hecho. Ahora mismo estás leyendo las palabras de la mismísima nueva Regente de la Fortaleza Greyash y Protectora del Torreón Rogsby.

La verdad es que no sabría por donde empezar, todo ha ocurrido tan deprisa... Al principio solo quería ganarme a los soldados del bastión. Conseguí hacer un pequeño trato con Aford , el consejero de la moneda, para que me trajera en sus viajes a Desembarco del Rey pequeñas cajas de comida con queso, chorizo, jamon curado, tocino y ese tipo de cosas, que escondíamos en la casa de un pastor cercano y pagadas con mis propios ahorros. Comida que yo repartía entre los soldados a escondidas para ganarme su afecto. Te puedes imaginar, mas de 80 hombres fornidos comiendo exclusivamente del cargamento básico de alimentos que nos llega de Desembarco... Al cabo de un par de semanas los pobres solo comían una mísera sopa aguada de patata. El descontento era generalizado, pero yo animaba sus noches a base de jamón y queso.

Después de aquello, tocó quitarse de en medio al perro fiel y rabioso de Gerald: el Capitán. Aun tenía un frasquito de veneno, el que le arrebatamos a mi hermana cuando descubrimos su traición. Y lo usé bien, te lo aseguro. A los 3 dias, el Capitán apareció muerto. Lo malo de aquello es que Gerald sospechó automáticamente y me puso una escolta. Pero con un poco de tocino sabroso para cenar acabaron por ponerse de mi parte, e incluso acataban algunas de mis órdenes.

Varias personas del bastión comenzaron a interesarse por mi labor. Irina, la aprendiz de Maestre no dudó en unirse a mi conspiración. Trany, mi escolta personal, estuvo conmigo desde el principio, al igual que mi apuesto Reithan, obviamente. Artemis, la pupila de Gerald en seguida quiso empezar su pequeña venganza, al igual que el joven Rothem, al cual cada vez tengo en más estima. Puede que el chaval sea un poco bruto y en muchas ocasiones insolente, pero se ha ganado mi confianza. Espero que no me falle. Finalmente, Aford quiso unirse a nosotros, aunque siempre dudé de sus intenciones. Consiguió ganarse la confianza de Gerald, y tengo la sensación de que se cambia la chaqueta según quien tenga delante. Aun así, ha colaborado fielmente.

Todos juntos conseguimos derrocar a Gerald. Sir Rothem, ahora miembro de los Hermanos de la Fe, fue el primero en desatar los acontecimientos intentando robar las cuentas del usurpador de mi primo, pudiendo demostrar que estaba aliado con varios Lores seguidores del farsante Septón Deoc. Aunque su método de conseguirlo no fue del todo "adecuado"... Y como siempre, sus ataques violentos acabó por sufrirlos nuestro pobre Mayordomo. Algo que ya pudimos solicionar mas tarde.

Pero yo, haciendome pasar por mi odiada tia, conseguí burlar a su guardia con mi ingenio y enviar un cuervo a los Lores, solicitando la llegada de un Septón de su falsa Orden. La respuesta inmediata fue una pruebla irrefutable ante La Mano del Rey en Desembarco. Aun asi, faltaban los documentos de la herencia de mi abuelo, aquellos que el mayordomo había intentado poner a salvo en uno de los carromatos de alimentos que mandabamos con la comida en mal estado para Lecho de Pulgas.

Aquellos documentos llegaron a las manos de Lord Sylah, el Consejero de la Moneda del Rey. He tenido que pagar un alto precio para conseguirlos. Aquel maldito no cedió a darme la herencia sin asegurarse de que se quedaba con la mitad de la produccion de todas mis tierras y la vuelta de Reithan a su cargo de recaudador. La cuales ahora incluyen el Torreón Rogsby, conquistado por Gerald para limpiar su nombre cuando los Hermanos de la Fe se enteraron de su traición y le obligaron a luchar contra los Lores de Deoc... Aunque aun así no sirvió de nada y todo salió a la luz, y fue arrestado gracias a mí. Después de que sus soldados le abandonaran, pude salir del bastión y ante la Mano del Rey me presenté con la carta de los Lores, la herencia de mi abuelo y mi sello de la Casa Greyash. No había otra salida para Gerald y se hundió en su propia traición.

Mi abuelo puede descansar en paz. El bastión, que ahora ya es una Fortaleza, está en poder de un Greyash de nuevo. Yo soy la unica heredera, y al ser mujer solo puedo ser Regente, pero en cuanto me case con Reithan y se convierta en mi Lord, y tenga hijos todo volverá a su cauce. Ahora solo queda conservar el poder, y no va a ser nada fácil.

Deseame suerte,

Lady Evelyn Greyash

domingo, 24 de abril de 2011

Sir Rothem Tyrell

Se acabó, la conspiración de Lady Evelyn llega a su fin derrocando por fin a Gerald... Por fin llega un momento de calma, aun que...Siempre hay tormenta después de la calma... Pronto, espero que muy pronto, Evelyn y Reithan se casarán y podré llegar a ser Caballero y se me levantará el pupilaje, y con suerte, Lady Evelyn abrirá los ojos y me concederá al menos, la gobernancia en nombre de ella, en el Torreón o el bastión. No se da cuenta de que Sir Aford solo mira por su propio interés, es como la rata sarnosa que ahora es consejero de la moneda en Desembarco. Mientras que yo, aun que despreciado siempre, he sido fiel a su causa y sobretodo a los Greyash, no llevo el mismo apellido, claro que no, pero de los hombres que podríamos luchar, solo soy yo el que pondría mi vida en juego con tal de proteger a Lady Evelyn y su reinado.
Esperemos que su gobierno sea largo y duradero por que como dicen los Stark...Se acerca el invierno...
Hay ratas muertas por doquier y algo me dice que no es por el calor...Pero no soy Maestre y mis conocimientos no logran descifrar el por qué ocurre esto...
También he sido nombrado Maestro de Armas del Bastión de los Greyash, y ahora mismo estoy entrenando nuevos soldados, los cuales algunos me superan en edad...Irónico eh? Creo haber llegado lejos para estar empezando ahora mi vida, apenas tengo dieciocho años y aquí estoy, reconquistando tronos y cediéndolos a Lady Evelyn. 
Aun se nota que no me tienen en estima, aun que ahora estoy dentro del Consejo también, como consejero militar, Lady Evelyn prefiere confiar en alguien que ha llegado de ningún sitio.
Será ahora Regente de estas tierras, pero a veces es incauta...
Ah! No puedo olvidar mencionar en estos días a Sir Alder y sus Hermanos de la Fe, los cuales me han proporcionado cobijo y protección cuando lo necesité. Gran hombre Alder... Hace poco unas dos semanas, fuimos a Septo de Piedra y desmantelamos una organización de los Monjes Negros, huyeron antes de que llegáramos pero su huida apresurada hizo que se dejaran documentos importantes. Espero que me asciendan pronto, creo que me puede dar buen juego llegar alto en los Hermano de la Fe...

Sir Rothem Tyrell llegará lejos...




Sir Rothem Tyrell

sábado, 23 de abril de 2011

23 de abril. Cartas a un difunto.

23 de abril.

El reloj estaba en marcha y debía apresurarme al Torreón Rosby a recabar información lo antes posible. Tras un infructuoso día a caballo galopando sin descanso, me topé frente a aquella majestuosa y a la vez lúgubre estructura, debía haber visto qué nido de ratas y arañas, maestro, aquello era una orgía de suciedad. Justo a la entrada, un soldado se ocupó de mi caballo y mi trabajo ya había comenzado: dos soldados frente a la más fuerte puerta de roble que haya yo visto custodiando una entrada, tres soldados a cada lado de la muralla portando inmensos arcos y suma uno más a cada lado portando escudo y espada que patrullaban junto a sus camaradas arqueros. Catorce caballeros que yo presumí jinetes danzaban en el patio con su desenfundado acero silbando coreográficamente al viento y un Capitán de Armas jurando no haber visto prostitutas más inútiles a modo de arenga, supongo yo. Tras mi custodio paseo hacia el despacho del Consejero de la Moneda otros ocho soldados más con alabarda o pico miraban al frente apostados en puertas o pasillos de forma estratégica. Dejo atrás la sala del Lord y continúo hasta mi destino.

Al entrar por la puerta, el Consejero muy amable me ofrece asiento por gentileza y vino por el trato de negocio. Maestro, que dignas lecciones me han hecho ganar tres dragones de oro de forma inmediata tras el acuerdo. "Se entregarán a Sir Aford cinco dragones de oro mensuales, de los cuales tres por anticipado en el primer trato a modo de señal, con motivo del mecenazgo de sus negocios vinícolas, que en breve darán beneficios, que en cierta parte serán repartidos entre las casas según la inversión y la obtención. Si quisiera romperse tal acuerdo por cualquier motivo -cambios de gobierno al que no interesen tales negocios, desinterés del inversor a corto o largo plazo, cambio de inversiones...- a modo de multa se pagarán los cinco oros del mes entrante más otros diez como compensación ".

Qué bien me he sentido tras esa reunión pues si Gerald pierde, tendré un acuerdo comercial con el Torreón y si gana lo tendré de todos modos y con beneficio de antemano.

Con la excusa de presentar mis respetos he reverenciado al Lord y he contado el resto de los soldados del Torreón, en total cincuenta, si tienen suerte podríamos perder esta batalla. Además, la batalla deberá de realizarse de forma frontal, no he visto manera de introducir tropas por ningún otro sitio...

Tanto Gerald como Eveling se han mostrado agradecidos con la información. Lady Eveling, Rothem y Reithan parten esta misma noche del Bastión por si algo sale mal no sean ajusticiados de manos de Gerlad...

Maestro, dame fuerzas, tales acontecimientos enturbian mis días y acechan en las noches, mañana partiré hacia el Torreón Rosby junto a Gerald a presenciar una batalla, sin amigo ni aliado, y si algún filo desgarra mi alma, nos reencontraremos entre Los Siete. No soy hombre de altercado así que intentaré refugiarme y observar lo que acontezca.


Sir Aford, ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.

viernes, 22 de abril de 2011

22 de abril. Cartas a un difunto.

Maestro, que cansado me encuentro, su imagen es la única que me hace ganar fuerzas tras este largo día para comentaros los infortunios de mi viaje. Esta mañana he partido en busca del testamento de Duncan hacía Desembarco junto a Lady Irina. Al parecer, la carta está oculta en una caja con alimento en mal estado que rechazaron desde la casa Greyash de nuevo a Desembarco. Para saber a ciencia cierta dónde acababan esos cajones me vi obligado a consultar a Lord Sylah y, en que maldita hora me preguntó a qué tanto interés, su astucia adivinó mi mentira sobre la pobreza de la Casa Greyash y me vi obligado a comentarle que buscaba cierto documento... no sin antes obtener a cambio la promesa de la búsqueda de los soldados que se encargaron de los cajones.

Con la confirmación de que toda esa comida se repartía en el "Lecho de Pulgas" (barrio pobre de Desembarco del Rey) Lady Irina y yo callejeamos y descubrimos desde donde se distribuían esos alimentos. Nos dirigimos a la parte de la muralla que lindaba con el barrio y los guardias nos dejaron pasar tras una conversación de la que salí una vez más victorioso. Tras una épica búsqueda descubrimos que el testamento no estaba en ninguna de las cajas (que, por cierto, no se habían repartido aún) y mi esperanza se albergó en la información que Lord Sylah me proporcionase. Cuál fue mi sorpresa cuando me presento ante él y me intenta convencer de que esos cajones ya fueron repartidos y nadie encontró nada, sin duda adiviné su mentira, pero su persona no me dio las fuerzas de rebatir tan viles palabras hacía la mía. ¿Realmente es Lord Sylah esa persona a la que idolatraba anteriormente? ¿o tal vez en realidad solo desea mi mal? ...tal vez esté compinchado con Lord Gerald. Sin duda él está detrás del paradero del testamento y de momento no tengo cómo hacerme con él, de todos sus consejos sin duda este sería en el que más abriera mi mente, ojos y oídos para no perder detalle de cómo atajar tan desventurado suceso.

Además cada vez hay más ratas con la nariz ensangrentada por Desembarco del Rey. Recuerdo una de nuestras conversaciones, yo acababa de leer "El filo y su mango, notas sobre caballería" del magnánimo historiador Sir Magister y envidiaba a los caballeros de cota de malla y espada que salvaban reinos y gobernaban ciudades, ¡cuán esplendorosas aventuras, cuán gloriosos combates, sin duda sus nombres quedarían para la posteridad!. Mi gozo en el más oscuro de los pozos cuando una de vuestras sonoras collejas llegó a mi cuello, "Recordad mi fiel y joven aprendiz, -dijisteis- que hasta la figura más grande de la más grande de las montañas, puede padecer ante la más diminuta de las criaturas, como las que producen las fiebres y diarreas que con más de un Rey acabaron". Pues mi maestro, me temo que una de esas diminutas e imperceptibles zorras está a punto de acabar con todos nosotros.

Y todo va de mal en peor, ahora el Septón y su ejército verbal ha llegado al Bastión con noticias de haber recibido en sus manos un libro mercantil en el que la Casa Greyash comerciaba con otras casas y torres rebeldes. Si queremos su perdón debemos acabar con el Torreón Rosby para demostrar nuestro afecto por Caladius (Septón y religión de Desembarco del Rey). Esto sería una buena noticia si derrocáramos a Lord Gerald tras conquistar el Torreón, pero tendríamos que coordinarlo con la llegada del Septón rebelde (que tras la carta desvelaría los planes de Eveling) y con el paradero del testamento de Lord Duncan.

Es la más complicada acción que me he visto obligado a realizar....

¡Maestro, estoy al borde de la desesperación nerviosa!

Sir Aford, Ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.

jueves, 21 de abril de 2011

21 de abril. Cartas a un difunto.

21 de abril. 1º carta.

¡Maestro, uno de los capitanes ha caído muerto tras la comida de hoy y Lord Gerald ha puesto bajo arresto a Lady Eveling y otros sospechosos!. Yo no soy sospechoso y Sir Rothem se ha salvado, pues al parecer partió hace ya unas lunas al Torreón Rosby prácticamente cautivo, aún no he recibido noticias de la suerte del muchacho.

Aún con estas malas (o buenas) nuevas, he tenido que cumplir con mi deber en cuanto a mi presencia ante Lord Sylah como cada día. Hoy se me ha encomendado una nueva e importante tarea, he de ir a inventariar los recursos de un barco que se accidentó contra el muelle de Desembarco del Rey y por la presente incautar su contenido para el Rey. En el inventario quedaron anotadas maravillosas telas y preciosos tesoros de varias islas de los Siete Reinos, pero junto a los más exquisitos objetos heencontrado ratas muertas con la nariz ensangrentada, como las que ya vi en su día junto a Lady Irina (la ayudante del maestre de la Casa Greyash). Pero aparte de todo esto, ¿qué inútil capitán que se precie puede dejar que su tripulación se estrelle contra el puerto de la Capital de los Siete Reinos?, pues uno muerto. ¡Resulta que la mitad de la tripulación y el capitán estaban cadáveres y otra mitad enfermos!, no soy maestre, ni tan siquiera estudio artes científicas, pero pronto mi mente ha querido relacionar las ratas muertas con algún tipo de enfermedad. Con este pensamiento me he presentado ante los auxiliares del maestre que atendían a los marineros que aún estaban vivos y más tarde con el maestre de la Casa Greyash, pero en sus opiniones, toda esta desgracia ha acontecido en base a lo insalubre del viaje en barco y a causa de un fuerte golpe de calor, ¡del mismísimo infierno diría yo!, ¿cómo es posible que nadie vea lo que se avecina?: ratas muertas por todas las calles, que yo diría vienen de ese barco que ya lleva ahí encallado varios días, en un ambiente cerrado e insalubre contagian a los marineros y produce sus muertes y el accidente...

Con mis tareas resueltas y un saco de semillas para las viñas que planeo cultivar (incluso con varios campesinos en mi compañía, que por fin trabajarán mis campos), parto más tarde que nunca hacia el Bastión Greyash y cuál es mi sorpresa al entregar los labradores que el mayordomo ha sufrido un accidente que lo ha dejado inconsciente y le ha causado más tarde pérdida de memoria. No me creo ni una palabra de lo que me cuentan y percibo en uno de los estantes de su habitación una señal de movimiento y el descoloque de sus libros... sin mediar palabra salgo de la habitación y voy con las nuevas a Lord Gerald sin nombrar lo percibido y raudo parto a la habitación de Lady Eveling a que me cuente toda la verdad. Mis dotes persuasivas y mi ojo para el más sutil de los engaños arrancaron la verdad de sus labios, ¡qué bien me sentí al contemplar mi sabiduría en práctica!. ¡Resulta que ahora Rothem forma parte de la orden religiosa de Desembarco del Rey, con su atuendo escudado y todo!, en una trifulca con el mayordomo lo ha herido de gravedad, ya veremos cómo sale de esta el muchacho...

Tras esa forzada confesión me he unido al plan de Lady Eveling de derrotar a Lord Gerald, ahora ya veremos cómo salgo de esta yo... Pase lo que pase lo tengo todo a mi favor, pues ahora conozco los planes de la Lady y también tengo el favor del Lord...

-Para empezar las intenciones de Rothem que terminaron con el mayordomo "accidentado" venían por la toma de un libro de comercio en el que se relaciona al Lord de la Casa con casas favorables a Deoc, está buscando pruebas que incriminen religiosamente a Gerald.

- Con las mismas intenciones, Lady Eveling, en una carta, se ha hecho pasar por la traidora de su tía (madre de Gerald), pidiendo un Septo nuevo, discípulo de Deo, para el bastión. La confirmación de la carta será una prueba irrefutable de la implicación del Lord con los rebeldes y su ajusticiamiento por parte de Desembarco del Rey sería instantáneo. Mi labor aquí es encontrar el testamento en el que Lord Duncan, que en paz descanse, dejaba el Bastión en manos de Lady Eveling antes de que ella entregue la carta de confirmación del nuevo Septón de Deoc al Rey.

¡Qué arduas tareas me encomiendan los Siete Maestro!

Sir Aford, Ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.

miércoles, 20 de abril de 2011

20 de abril. Cartas a un difunto.

20 de abril (del 90.

Hola chata cómo estás...¿te sorprende que te escriba? tanto tiempo es normal...)

Como cada día he puesto rumbo a una nueva jornada laboral junto a mi excelentísimo Lord Sylah Valishar, pero hoy hay algo que se ha salido de la rutina... una carta, que ha sido entregada a mi persona de su parte y con dos estampado de cera, el Real y el de Consejo de la Moneda...su destino, las cálidas y suaves manos de Lady Eveling. Es algo bastante extraño, pero no he conseguido ver su contenido sin desgarrar ambos sellos, así que pondré mis esperanzas en conocer su contenido con el tiempo. Algo ha turbado mi vuelta, en el camino he visto restos de sangre y refriega, sin duda, espadas han cruzado sus filos en ese camino y ya verá a lo largo de mi carta cuál es su posible explicación.

He hecho entrega del primer cargamento de alimentos que pasan de mi sustento al de la nombrada Lady. Si alguien me pillara en una de estas inesperadas transacciones tiraré de mis raíces compasivas para excusar mi comportamiento y repartiré la mercancía entre los presentes, sería eso, o repartir mi entrañas de la mano de la espada de cierto Lord...

Al entrar en el Bastión se me informa de un consejo, en estos momentos es cuando más hago memoria de sus lecciones y es cuando más extraño su presencia. Aún recuerdo como discutía con Lord Jeroth Greyash por mi presencia en los consejos antaño, cuando su palabra era la orden, ya sabe, antes de "perder la cabeza". Recuerdo como le reprendía por tener protesta alguna de mi presencia cuando decía "un día de estos, será su consejero de la moneda y entonces querrá que estas experiencias entren en su mente de la mano de alguna hechicería. Del viento se aprende observando las hojas y los pastos, contemplando y sintiendo su fuerza... De ningún modo podrá encontrar esa fuerza en los libros o enseñanzas". Jaja cómo enmudecía Lord Jeroth y que bien me sentía cuando simplemente asentía para aprobar mi presencia...

En fin, en esta ocasión, Lord Gerald nos ha informado de un envío de cinco carros de provisiones que estaban de camino al bastión, sin dudar el recuerdo de la refriega ya nombrada ha llegado a mi mente y de ahí sin pensar a mi desdichad boca, esto ha hecho que la cara de uno de los Castellanos cambiase por completo y amenaza con la rebelión si esos carros no llegan...y también que los ojos de Gerald se claven en mi como un puñal se clava en un despiadado enemigo. Me ha citado en su cuarto más tarde... a ver si salgo vivo de allí para seguir escribiéndoos..

Maestro, titubeante me presento de nuevo a sus pergaminos, pues lo que yo creía enfado se ha convertido en vino especiado y adulaciones de parte del Lord. Le he comentado con detalle lo que he percibido en el camino al llegar esta tarde de Desembarco, va a enviar una avanzadilla a averiguar lo sucedido con los cinco carros. También me ha confesado su intención de comerciar con otras casas por recursos, casas que, he averiguado, son fieles a Deoc, el Septón hereje rebelde. Además halagos y rosas a mi persona han despertado en mi dudas sobre las verdaderas intenciones de Gerald así que me he bebido mi vino y he "huido" del lugar, nunca en mi vida he dado tantas gracias y he hecho tanta reverencia al salir de una habitación. ¡Una relación con el Lord solo pondría en peligro mis planes!.

Aún asustado por las insinuaciones recibidas he ido a la habitación de Eveling, he comentado la pérdida de los carros prometidos a los soldados y la intención de comercio con casas favorables a Deo, pero al parecer no ha sabido leer entre lineas, esta situación haría enfadar mucho a los soldados y la rebelión sería muy posible con algún trato o simple adulación. Su falta de luces ha florecido por toda la habitación y con la excusa de la simple conversación me he despedido... ¿cuál será la próxima situación a la que tendré que enfrentarme sin poder recibir sus sabías palabras?...


Sir Aford, Ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.