jueves, 21 de abril de 2011

21 de abril. Cartas a un difunto.

21 de abril. 1º carta.

¡Maestro, uno de los capitanes ha caído muerto tras la comida de hoy y Lord Gerald ha puesto bajo arresto a Lady Eveling y otros sospechosos!. Yo no soy sospechoso y Sir Rothem se ha salvado, pues al parecer partió hace ya unas lunas al Torreón Rosby prácticamente cautivo, aún no he recibido noticias de la suerte del muchacho.

Aún con estas malas (o buenas) nuevas, he tenido que cumplir con mi deber en cuanto a mi presencia ante Lord Sylah como cada día. Hoy se me ha encomendado una nueva e importante tarea, he de ir a inventariar los recursos de un barco que se accidentó contra el muelle de Desembarco del Rey y por la presente incautar su contenido para el Rey. En el inventario quedaron anotadas maravillosas telas y preciosos tesoros de varias islas de los Siete Reinos, pero junto a los más exquisitos objetos heencontrado ratas muertas con la nariz ensangrentada, como las que ya vi en su día junto a Lady Irina (la ayudante del maestre de la Casa Greyash). Pero aparte de todo esto, ¿qué inútil capitán que se precie puede dejar que su tripulación se estrelle contra el puerto de la Capital de los Siete Reinos?, pues uno muerto. ¡Resulta que la mitad de la tripulación y el capitán estaban cadáveres y otra mitad enfermos!, no soy maestre, ni tan siquiera estudio artes científicas, pero pronto mi mente ha querido relacionar las ratas muertas con algún tipo de enfermedad. Con este pensamiento me he presentado ante los auxiliares del maestre que atendían a los marineros que aún estaban vivos y más tarde con el maestre de la Casa Greyash, pero en sus opiniones, toda esta desgracia ha acontecido en base a lo insalubre del viaje en barco y a causa de un fuerte golpe de calor, ¡del mismísimo infierno diría yo!, ¿cómo es posible que nadie vea lo que se avecina?: ratas muertas por todas las calles, que yo diría vienen de ese barco que ya lleva ahí encallado varios días, en un ambiente cerrado e insalubre contagian a los marineros y produce sus muertes y el accidente...

Con mis tareas resueltas y un saco de semillas para las viñas que planeo cultivar (incluso con varios campesinos en mi compañía, que por fin trabajarán mis campos), parto más tarde que nunca hacia el Bastión Greyash y cuál es mi sorpresa al entregar los labradores que el mayordomo ha sufrido un accidente que lo ha dejado inconsciente y le ha causado más tarde pérdida de memoria. No me creo ni una palabra de lo que me cuentan y percibo en uno de los estantes de su habitación una señal de movimiento y el descoloque de sus libros... sin mediar palabra salgo de la habitación y voy con las nuevas a Lord Gerald sin nombrar lo percibido y raudo parto a la habitación de Lady Eveling a que me cuente toda la verdad. Mis dotes persuasivas y mi ojo para el más sutil de los engaños arrancaron la verdad de sus labios, ¡qué bien me sentí al contemplar mi sabiduría en práctica!. ¡Resulta que ahora Rothem forma parte de la orden religiosa de Desembarco del Rey, con su atuendo escudado y todo!, en una trifulca con el mayordomo lo ha herido de gravedad, ya veremos cómo sale de esta el muchacho...

Tras esa forzada confesión me he unido al plan de Lady Eveling de derrotar a Lord Gerald, ahora ya veremos cómo salgo de esta yo... Pase lo que pase lo tengo todo a mi favor, pues ahora conozco los planes de la Lady y también tengo el favor del Lord...

-Para empezar las intenciones de Rothem que terminaron con el mayordomo "accidentado" venían por la toma de un libro de comercio en el que se relaciona al Lord de la Casa con casas favorables a Deoc, está buscando pruebas que incriminen religiosamente a Gerald.

- Con las mismas intenciones, Lady Eveling, en una carta, se ha hecho pasar por la traidora de su tía (madre de Gerald), pidiendo un Septo nuevo, discípulo de Deo, para el bastión. La confirmación de la carta será una prueba irrefutable de la implicación del Lord con los rebeldes y su ajusticiamiento por parte de Desembarco del Rey sería instantáneo. Mi labor aquí es encontrar el testamento en el que Lord Duncan, que en paz descanse, dejaba el Bastión en manos de Lady Eveling antes de que ella entregue la carta de confirmación del nuevo Septón de Deoc al Rey.

¡Qué arduas tareas me encomiendan los Siete Maestro!

Sir Aford, Ayudante del Consejero de la Moneda de Desembarco del Rey.

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